jueves, 17 de abril de 2008

La Aparición de la Simiente Prometida






Mensaje: La Aparición de la Simiente Prometida
Juan Cáp. 5 Vers 24 al 29.



Predicado por Juan Espinoza.



Domingo 13/04/08.

Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que el hombre sepa cómo.
Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.


El Espíritu Santo ha venido a la simiente iglesia para germinarla.

El profeta de Dios una vez pregunto ¿Cuántos hay aquí, no tienen la simiente de Dios, el Bautismo del espíritu Santo? El profeta esta diciendo que la simiente es el Bautismo del Espíritu Santo.
El verdadero bautismo de Dios, bautiza la palabra puesta en nosotros.
El Bautismo del espíritu Santo es el germen de vida, es Cristo mismo.

Usted dirá, hermano La Simiente Prometida es Cristo, si seguro que si, La Simiente Prometida es Cristo; así como el primer Adán el debía hacer esa simiente, pero el fallo y apareció el segundo Adán, la Simiente prometida.
La novia del primer Adán callo, y la novia del segundo Adán callo, pero luego Dios viene y restaura una novia verdadera una segunda Eva y ella llega hacer igual que el una semiente prometida.

El Señor dijo: Yo Soy Alfa Y Omega y si pueden captarlo, Cristo es la Simiente Original y también la simiente restaurada que es la novia.
La primera simiente y la última simiente.

El Espíritu Santo es el dador de vida a la simiente y trae un germen, y cuando el Bautismo del Espíritu santo, viene sobre esa simiente palabra sembrada en nosotros, se vuelven la misma cosa, para eso vino el Espíritu Santo, para que la simiente apareciera, porque el es el dador de la vida a esa simiente.

Dios y su novia, los dos la misma cosa.

La novia es producto de la palabra germinada, el hombre nada tiene que ver, ella no le da gloria al hombre, ella no levanta al hombre, ella adora a Dios, le glorifica a El, porque el es el dador de la vida.


¿COMO SABEMOS NOSOTROS QUE SOMOS SIMIENTES?
Nosotros hemos recibido el bautismo del Espíritu Santo. ¿Donde hemos recibido el bautismo del Espíritu Santo? LO HEMOS RECIBIDO EN LA PALABRA QUE PREVIAMENTE DIOS SEMBRÓ en cada uno de nosotros. Y por eso creemos y respondemos a esa Palabra, y nos quedamos al lado de ella.

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